Misterios
Dietrich Bonhoeffer escribió: «Toda la teología cristiana tiene su origen en la maravilla de maravillas; en que Dios se hizo hombre… Cautivados e impulsados por la maravilla de la [Encarnación], nos sentimos movidos a meditar de nuevo con reverencia los misterios de Dios».
En las limitaciones de la fe encontramos la libertad. (Juan 8:31-36)
En la debilidad podemos ser fuertes. (Zacarías 4:6; 2 Corintios 12:9-10)
Perdonar a los que nos hieren es lo que abre el camino para nuestra recuperación. (Mateo 6:14-15)
Un puñado de personas que oren juntas pueden vencer todas las posibilidades en contra. (Mateo 17:20; 18:19)
Unos primeros pasos pequeños, dados en fe, establecen un fuerte fundamento para las grandes empresas. (Zacarías 4:10; Mateo 25:21)
El que da con profusión será hecho rico en todo sentido. (Lucas 6:38; 2 Corintios 9:6-11)
Las penurias y los malos tratos son cursos avanzados de ubicación en cuanto a la fe madura y el carácter, y aquellos que califiquen en ellos se podrán alegrar. (Mateo 5:11-12; Santiago 1:2-4; 1 Pedro 3:9-14)
En Cristo, la muerte es el pasadizo que lleva a la vida eterna. (1 Corintios 15:51)
Por nosotros, Jesús se humilló a sí mismo, y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz. En el mayor de todos los giros inesperados, Dios lo exaltó hasta el más alto de los lugares, y le dio el Nombre que está por encima de todo nombre. (Filipenses 2:5-11)
Sobre el misterio de la Encarnación, explica Bonhoeffer: «Lo que le sucede a Jesucristo, nos sucede a nosotros». Sin intentar aclarar estos misterios, podemos confiar en todas las promesas inversas de Dios que confunden las expectativas.
Citas tomadas de Dietrich Bonhoeffer, A Testament to Freedom
(«Un testamento para la libertad»), pp. 448-449