La visión
Dios se deleita en avivar nuestra imaginación con destellos del futuro. Se le prestamos atención, estos conocimientos se pueden unir para formar una visión de lo que Él quiere hacer.
La visión crea una instantánea mental de un tiempo determinado en el futuro. Esto es lo que nosotros vemos. Esto es en lo que nos podemos convertir. Esto es lo que se puede lograr.
Para discernir la visión, hacemos preguntas clave, cada una de ellas desde un punto de vista diferente:
• ¿Qué está haciendo Dios ahora?
En Experiencia con Dios, Henry Blackaby nos recuerda que Dios siempre está obrando. Cuando buscamos lo que Dios ya está haciendo, teniendo el cuidado de notar hasta los comienzos más pequeños, nos podemos unir al desarrollo de lo que Él está haciendo (Zacarías 4:10; Marcos 4:30-32).
• ¿Qué ha hecho Dios antes, que se podría renovar en nuestros días?
Nuestro Dios Redentor restaura lo que se ha perdido y dañado. Dios se regocija haciendo unos milagros que son cambios radicales (Ezequiel 37:1-14). ¿Qué podría hacer este gran Dios una vez más (Habacuc 3:2; Salmo 126:4)?
• ¿Qué «cosa nueva» podría hacer Dios?
Cuando una visión anterior se ha colapsado, el Espíritu se deleita revelando una «cosa nueva» que Dios anhela hacer. En medio de los reveses, Dios podría querer anunciar una cosa nueva antes que esta comenzara a existir (Amós 3:7; Isaías 42:90).
Cuando hagamos esta clase de preguntas, la Palabra del Señor vendrá a nosotros, como le sucedió al joven profeta Jeremías, diciéndonos: «¿Qué ves tú?»
Y cuando veamos bien, Dios vigilará sobre su Palabra con el fin de ponerla por obra (Jeremías 1:11-12).