La influenza
Cada año, alrededor de este tiempo, tenemos que luchar con una temporada de influenza.
Para evitar el contagio se nos aconseja dormir bien, tomar multivitaminas, lavarnos las manos o usar un esterilizante, evitar tocarnos la cara, comer alimentos ricos en antioxidantes y ponernos una vacuna contra la influenza.
La epístola a los Efesios nos enfrenta a un peligro más grave: dondequiera que vivamos en el mundo, estamos en contacto constante con los valores y las formas de conducta de unas tinieblas culturales que prevalecen y que son altamente contagiosas (4:18-19; 5:11-16).
Esta amenaza se complica por los feroces e incansables asaltos de los poderes cósmicos de maldad, algunas veces en forma de ataque directos y con mayor frecuencia en forma de insidiosas operaciones encubiertas (4:14; 6:11-12).
No hay vacuna que se nos pueda inocular de una vez y para siempre contra estas tinieblas.
Sin embargo, con las bendiciones espirituales que han sido derramadas en abundancia sobre nosotros (1:3-3:21) y la preparación que nos da la comunidad de fe (4::3-3:21), podemos mantener una ofensiva contra esta degeneración que nos quiere invadir. Podemos crecer en nuestra decisión y capacitad para superar la ira, hablar de forma constructiva, pedir perdón, reconciliarnos, salvaguardar nuestra pureza, adorar con acción de gracias y practicar las buenas actitudes y formas de conducta en nuestros hogares (4:1-6:20).
Aunque Efesios fue escrita hace cerca de 2.000 años, las certezas y advertencias que contiene trascienden el tiempo y la cultura para guiarnos a nosotros hoy. En medio del contagio siempre presente de las tinieblas, podemos tomar precauciones, utilizar los recursos espirituales y ayudarnos mutuamente a vivir de maneras que sean buenas, justas y verdaderas (4:1; 5:8-9).