Dotados por el Espíritu
Hoy en día se están produciendo manifestaciones del Espíritu que nos recuerdan a la Iglesia en sus primeros tiempos. En el mundo entero hay creyentes dotados por el Espíritu que están profetizando, hablando en lenguas, teniendo sueños y haciendo milagros de sanidades.
Esto constituye una sorpresa para algunos cristianos. Ellos piensan que los dones del Espíritu no son para hoy. O bien, asocian esos dones con unas capacidades naturales. Muchos creyentes deseosos de saber la verdad están evaluando de nuevo estas conclusiones. Quieren estar mejor informados acerca de la obra del Espíritu en cuanto a distribuir dones espirituales.
En 1 Corintios 12, el apóstol Pablo describe los dones espirituales como manifestaciones del Espíritu Santo. Escribe al respecto que es Dios el «que hace todas las cosas en todos». De manera que los dones del Espíritu son algo más que unas capacidades naturales; son capacidades sobrenaturales dadas «para provecho» (12:6-7).
Pablo explica que estos dones se presentan de diferentes maneras. A veces, las manifestaciones del Espíritu parecen espectaculares y nos dan la impresión de que son sobrenaturales. Otras veces, el Espíritu obra de maneras que parecen ser naturales. Es posible que nosotros estemos esperando una clase de dones, con exclusión de otros. En lugar de esto, el apóstol aconseja que esperemos que haya variedad (12:4-6).
En 1 Corintios 12, Pablo nombra los dones del Espíritu (versículos 8-10, 28-30). En Romanos y en Efesios presenta unas listas que contienen más dones (Romanos 12:6-8; Efesios 4:7-11). Pedro también identifica varios dones espirituales (1 Pedro 4:10-11). Incluso cuando combinamos estas listas, es posible que no hubiera la intención de que fueran exhaustivas. Más bien, parecen ser los dones espirituales más frecuentes, y todas estas cosas «las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere» (1 Corintios 12:11).
Todo cristiano ha sido dotado por el Espíritu al menos en un sentido (1 Corintios 12:11; 1 Pedro 4:10-11) y se le ha encomendado el uso de ese don para el bien común. Esta indicación es tan básica, que se halla incluida, de manera explícita o implícita, en todos los pasajes donde se mencionan dones espirituales (1 Corintios 12-14; Romanos f12:6-8; Efesios 4:13-16; 1 Pedro 4:10-11).
La razón de ser de los dones espirituales es «que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo» (1 Pedro 4:11). Cuando medimos nuestras intenciones según esta razón de ser, no tenemos motivo alguno para vacilar en cuanto a descubrir y usar nuestro don o dones.
Con los dones del Espíritu, podemos alentar, consola, fortalecer y preparar al pueblo de Dios. Con la contribución mutua hecha de esta forma, todos podremos crecer para llegar «a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo» (Efesios 4:13).
Este artículo es continuación de la serie «Bosquejos sobre el Espíritu». Para pasar al siguiente artículo, pinche en el título «¡Conflicto!» Para volver al principio de la serie, pinche en el título «Un viento».
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