El establecimiento de una dirección IV
Greg Starr, pastor de la iglesia New Life, en Hershey (Pa.), preparó a la medida un enfoque para establecer una dirección adecuada a New Life. Con su equipo de líderes, Greg estudió varios enfoques visualizados (vea El establecimiento de una dirección I, II y III) y los fundió en uno que toca a toda la iglesia.
El primer paso consistió en invitar a todos los miembros de la iglesia para que respondieran una encuesta. Puesto que las mismas preguntas pueden influir sobre los que respondan, Greg y el equipo de líderes desarrollaron juntos las preguntas de la encuesta.
Como segundo paso, Greg conversó con cada uno de los miembros del equipo de líderes, tomando nota de sus esperanzas e ideas. Mientras tanto, el equipo de líderes se comunicó con los asistentes a la iglesia para unas conversaciones privadas similares.
Al final de las tres semanas se le entregaron a Greg las respuestas de la encuesta y de las conversaciones. Greg recopiló los comentarios y distribuyó copias del documento resultante entre un grupo de líderes formado por él mismo, el equipo de líderes y los líderes de los ministerios, con sus cónyuges. Este grupo ampliado de líderes se reunió en dos ocasiones para procesar los comentarios y analizar la visión y las prioridades posibles.
Con estas conversaciones en mente, Greg articuló la visión, los énfasis y los pasos a dar. Este segundo estudio fue distribuido en el equipo de líderes y después, Greg y el equipo se unieron para redefinir y reafirmar este documento.
A continuación, se presentaron a la congregación la visión, los énfasis y los pasos a dar. Se animó a todos a presentar sus reacciones. Una vez hecho esto, el equipo de líderes le dio forma final al documento sobre la visión y lo aprobó.
Como paso final, Greg y el equipo de líderes evaluaron el proceso de visualización y propusieron mejoras para la próxima ocasión.
La fortaleza del enfoque adoptado por New Life está en: (1) el papel iniciador del pastor, (2) la participación activa de las partes clave interesadas, (3) la oportunidad dada a todos en la iglesia para que participaran, y (4) la humildad de seguir mejorando el proceso año tras año. Las conversaciones personales y las reuniones para discernir en grupo exigen un fuerte aumento de la actividad que dura varios meses, pero el rendimiento potencial consiste en una respuesta útil y en una seria identificación con la iglesia por parte de los congregantes.
